¿ Cuántas veces no tienes siquiera una mecha para iluminar tu noche?

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Tantas..., muchas...

Aunque más que mechas, que siempre las hay, lo que apaga -vida y creatividad- es la abundancia del hastío, el hartazgo por la medianidad.

Aún sostengo, entre un puñado de huidizas certezas, que somos refractarios, que necesitamos de otras luces para abrillantar.

Un pabilo bajo otra melena, puede estallarnos el lánguido y desmerecido seso. Nadie es respuesta sin pregunta, ni creador sin ancestros... De todo venimos, con todo nos hacemos, y es el cerebro nuestro, un delta feraz en el sequeral ajeno.

Es un texto riquísimo el que has dejado.

La última estrofa, fiesta de recursos literarios, es espléndida!

''Tantas calles ignorantes de su nombre,

sin número de amistades,

sin longitud de lugares,

se andan a señas dadas en un sobre.'' (Amaroz)

La pintura de la 'soledad', la veo inserta en el campo del ingenio. En esa tragedia que significa para el artista, para el filósofo, para el oficioso exigente, el desencuentro con sus pares de intelecto. La añoranza por el entendimiento del acontecer propio, en esa caja craneana de calles momentánea y pasajeramente desiertas...

Precioso!!

Un abrazo desde lejos.

Sabes.. en ocasiones la vida misma nos pone en ese pabilo

donde la penumbra no logra disiparse.. tal pareciera que aunque

la mecha se encontrara encendida, nos fuera ocultada la meta

del camino trazado---

te felicito, lograste un escrito lleno de fuerza y bien definido

saludos

👍

Nose