taquilari

Necesito hacer tapas para libros y quiero comprar una impresora que me sirva para imprimir cartulina gruesa o un carton no muy grueso que me sirva para eso. Necesito saber cual puede ser la opcion mas conveniente; que sirva para lo que necesito y que sea económica.

estamos realizando un trabajo, y inspirados en esto de los mineros chilenos, buscamos historias conmovedoras, no solo de supervivencia, sino de superacion o fuerza de voluntad, como el caso del corredor brasileño en las Olimpiadas de Grecia, que no lo dejaron ganar la medalla de oro, el caso del Dinamo de Kiev, cuyos jugadores prefirieron morir antes de dejarse perder con los nazis. Y a proposito, si alguien se acuerda de algun detalle de la historia de un niño de 6 años en EEUU que se salvo milagrosamente de un huracan hace 2 o 3 años, que salio en todos los medios,,

Quiero poner algo en internet, pero que no permita copiar lo que esta escrito y pegarlo en otra pagina. Como se llama el programa que se usa para eso? Como hago?

Estoy pensando en publicar un libro tecnico digital, y buscando informacion.

Como es el tema de la seguridad en los libros digitales? Como hago para que una persona no me compre el libro y se lo repase a otras 20 personas? Digo, porque me parece que se presta para muchas cosas de estas, aunque desconozco bastante del tema de internet. Gracias por su ayuda!

Doy clases de Ingles y Portugues. En Inglés tengo el Proficiency y en Portugues el Celpe (viví 11 años en Brasil). Empezé a dar clases en mi casa, me quedó chico el lugar, y luego me alquilé un local y tengo varios alumnos, por suerte. El tema es que algunos alumnos y empresas que quieren tener clases, me piden si otorgo Certificados. Como es el tema?

Que pasa si yo, luego de aprobado el curso, les doy un Certificado interno, con el logo de mi Instituto, en cartulina y un formato tipo diploma, que diga que aprobaron el curso básico o intermedio en mi Instituto?

Creo que eso lo hacen en otros lados, no? Que se estila en Argentina?

Conocen escritores que hayan escrito en dos generos totalmente distintos (ej: autoayuda y futbol, o novelas de suspenso y decoración) y que haya sido exitoso/a en los dos géneros?

Existem muitos jogadores de futebol brasileiros com título universitário.

Eu só conheço Sócrates e Tostão (médicos). Vcs tem mais nomes?

Pode ser de cq profissão universitária.

Mais tem que ser brasileiros

Procuro conhecer pais e filhos que sejam ou tenham sido jogadores de futebol famosos? Que sejam brasileiros

Ej: Djalma Santos e Djalminha

Pelé e Edinho (ele nao foi mto famoso)

Soy un trabajador común y escritor amateur con modestas aspiraciones de, con mucho esfuerzo y dedicación poder llegar a publicar lo que escribo en el futuro. Tengo el defecto de siempre estar perfeccionando mis obras, me parece que les falta algo, y voy postergando su presentación a las Editoriales. Este es mi tercer libro, y el que creo que me quedó mejor de los tres. Me interesaría, que ustedes, acostumbrados a leer libros, me dieran, o bien como colegas escritores, o como lectores comunes, su sincera opinión. La idea del libro no es que sea una gran obra que trascienda el tiempo, sino que sea vendible, fácilmente aceptada por las personas comunes. Dejen su e-mail para que yo les mande mi obra. Necesito de la mayor cantidad de opiniones posible. Ahh, y desde ya les agradezco de todo corazón a los que me regalen un pedacito de tiempo de su vida para leer lo que con tanto cariño escribí y darme su punto de vista.

Voy a hacer 2 preguntas en una, pero faciles para un conocedor....Existe algun capitulo, ya sea en el Antiguo o el Nuevo Testamento, donde tenga un mensaje a la osadía, a jugarsela por algo aunque sea loco? Y algún otro en donde trate de la lucha por los sueños? Necesito el Capitulo, versiculo, salmo exacto, por favor.

Tuve el gran amor de mi vida hace 7 años. Ella se fue a otro pais bien lejos con su familia y nos tuvimos que separar. Ahora tenemos la chance de estar juntos de nuevo. Ella me gusta mucho como persona, me quiere, es una gran persona, y me siento bien al lado de ella. El problema es que engordó 18 kilos y ya no me atrae fisicamente. Lo hablamos y ella no esta dispuesta a hacer un esfuerzo por adelgazar tampoco. Sería tómalo o déjalo. Yo siento que, a esta altura de mi vida, no podría vivir con una mujer que no me cause atracción, fisica, sexual. A lo mejor después, cuando nos ponemos mayores, lo fisico se va dejando de lado, los cuerpos se van deteriorando y queda el amor y el cariño como elemento de union. Por más que haga un esfuerzo por que me guste de la manera como está ella ahora, de ver sus cosas buenas, no hay caso, no puedo. Siempre sentí que mientras uno es joven, lo sentimental y lo fisico son dos elementos muy importantes, que van intrinsecamente unidos, hasta que con el pasar de los años solo nos quedan los sentimientos. He puesto buenas intenciones y voluntad, pero no hay caso, no me gusta de esa forma, y no podria llevar adelante una relación en este momento de mi vida con una mujer que no me atraiga fisicamente. Soy injusto?

Soy un joven y entusiasta escritor. Me gusta mucho leer y escribir, fundamentalmente novelas. Me gusta el genero narrativo. Escribí un libro y tengo otro en proceso. El libro que escribí fue presentado a algunas editoriales, de las cuales fue rechazado. Estoy seguro que la temática del libro es muy buena, y que vale la pena insistir en él. Seguramente las Editoriales entienden que le falta, o le sobra algo, o que no puede ser algo comercial. El problema es que no me dijeron que defecto le ven, para yo trabajar en ellos y modificar cosas. Como puedo hacer? Hay alguien que pueda ayudarme, leer mi libro ( es pequeño, solo 8 capítulos) y decirme que le ven de inapropiado? que le cambiarían? Dentro de mi opinión subjetiva, como autor, a lo mejor se me escapan cosas que un lector imparcial me puede hacer ver. Que me recomiendan hacer?

Usaba viagra, mais me faz ter gastritis. Sera que o Levitra o Cialis tb sao ruims. Qual podem me recomendar aqui no Brasil, que no tenha mtos efetos secundarios no estomago?

David llego al mundo en un país en crisis, una mañana soleada. Su ciudad se encontraba conmovida por la guerra civil. La sociedad antes apacible, cuyos días transcurrían pacíficamente, ahora se veía inmersa en enfrentamientos armados y caos. Personas de ambos bandos en lucha era secuestrada, torturada y desaparecida o asesinada. Habían redadas en las calles y carreteras, razzias en las casas particulares, atentados, y violaciones a los derechos humanos. La gente andaba con miedo por la calle, y no quería involucrarse, ya que si manifestaba abiertamente su simpatía por un bando podía dar lugar a las represalias del otro. No se hablaba de política ni de la situación social más que en el seno íntimo de los familiares más allegados. Ni siquiera en las reuniones familiares grandes se hablaba del tema, siempre puede haber un tío, primo, o novio de alguna sobrina que puede delatarte para ganar la simpatía del gobierno dictatorial que dirigía al país. En toda América Latina había en mayor o menor escala enfrentamientos de este tipo. La desazón era palpable en las calles, y la población se resignaba a comenzar a aceptar como normales, hechos que no son normales. Pero mientras hay vida hay esperanza. Aún en las circunstancias más adversas, en los picos rocosos de las montañas, en los más inhóspitos y recónditos lugares nace una flor. Y en una sociedad inclemente los jóvenes seguían cerrando los ojos para dar su primer beso, los poetas seguían escribiéndole al amor, y seguían naciendo niños.

Su familia era de clase media, en el hogar no faltaba nada elemental, pero tampoco habían lujos o cosas mas allá de lo indispensable. Sus padres trabajaban de sol a sol para

mantener el hogar, y el pequeño esperaban ansiosos su regreso todos los días.

Las tardes transcurrían lentamente, siempre ocurre lo mismo cuando uno es pequeño y no tiene nada para hacer fuera de jugar, alimentarse y crecer. En la inocencia de los niños el mundo es solamente lo que ellos perciben en su reducido entorno, y viven ajenos a los problemas políticos y sociales que ocurren allí afuera.

El compañero de juegos de todas las horas era el su pequeño perrito, Tizón que parecía que hablaba cuando saltaba y miraba a su pequeño amigo.

Pronto vino el nacimiento de su hermano para hacerle compañía, y sus tardes se acortaban un poco. David ya era amigo de él antes de nacer, porque ponía la cabeza contra la hinchada barriga de su mamá, para así oír los pequeños puntapiés que venían del otro lado. Después de nacer tenía a alguien a quien proteger, con quien divertirse, un compañero de la vida. Las tardes pasaron entre muñecos de plástico, música, dibujitos animados y barquitos de papel. Luego vinieron su ingreso al colegio y sus obligaciones de niño, era bueno en la escuela, aprendía con facilidad y rápidamente se convirtió en un gran lector, consumiendo la mayor cantidad de historietas que podía conseguir, algunas eran compradas por sus padres tíos, o amistades, otras prestadas por amiguitos y vecinos, y otras canjeadas en el kiosco de la esquina. También comenzó a destacarse en la escritura con pequeños ensayos y cuentos cortos en el colegio.

- Que quieres ser cuando seas grande?

- Presidente…

- Mira que eso es muy difícil, vas a tener que estudiar mucho.

La abuela le regalo un crucifijo plateado, en una cadena también plateada.

-Quien es el que esta en la cruz?

-Jesús

-Y quien es Jesús?

-El hijo de Dios.

Ahí le regalaron para una Navidad una Biblia infantil, que fue el primer libro que leyó, después siguió con el principito, y algunos otros libros similares. También por esos días vio por primera vez en una Enciclopedia una imagen de un paisaje hermosísimo con un titulo en el ángulo inferior derecho: ‘La ciudad maravillosa’, consistía en una ciudad con unos cerros de vegetación frondosa en parte y roca también, bañada por un mar de agua clara y con una imagen de Jesucristo de brazos abiertos, ese Cristo feliz, vivo, y no muerto y agonizante como se le ve a veces en otras imágenes. El niño quedo prendado de esa belleza natural, y la colgó en su cuarto para verla todos los días. Como muchos niños le tenía miedo a la oscuridad, y dejaba la luz de su cuarto prendida mientras sus padres aún estaban en la sala viendo la televisión. Ahí antes de dormirse la última cosa que veía antes de cerrar los ojos era ese paisaje espectacular, y cada vez que los abría lo primero que veía, al despertar a un nuevo día era la belleza de ese hermoso trozo de papel colgado en la pared, lo cual a veces lo incitaba a pensar desde su perspectiva de niño;

“Ese es el lugar donde los sueños se hacen realidad, ahí todo debe ser posible, no ha de haber guerra, ese lugar debe ser donde existe la felicidad”

La vida no se limitaba en ir para la escuela o leer, también era un deportista entusiasta y se entusiasmó rápidamente con el futbol, la pasión popular del país.

La guerra civil acabo, y su pequeña ciudad volvió a ser tranquila, sin novedades, con gente que dormía la siesta y saludaba a sus vecinos por el nombre.

Así, entre tardes de fútbol robadas a la siesta, algún vidrio roto y la posterior fuga, pesca en el arroyo, y misa los domingos, la adolescencia llegó. Continuaba practicando deporte y leyendo mucho, aunque ya no escribía, porque no tenía tiempo para eso y le costaba juntar fuerzas para ponerse a escribir, tampoco tenía muchas ideas sobre las que escribir, y cuando las tenía pensaba que probablemente sería escribir por escribir, ya que es muy difícil llegar a hacer de la escritura un medio de vida.

Se dió cuenta que no le gustaba la vida tal cual se la ofrecía la sociedad, aunque no tenía mas remedio que vivirla.

La vida que estaba a su alcance era estudiar alguna cosa, y después trabajar hasta los 65 años con el dinero suficiente para pagar las cuentas y poco más. Después de los 65 años, jubilarse y bajar el nivel de vida (porque las jubilaciones eran una miseria) y después morirse. Esa era la vida esperada en su país, siendo razonablemente optimista. Otra parte importante de la población vivía en la pobreza, sin llegar a cubrir sus necesidades básicas, y después existían dos minorías, la miseria absoluta, y las personas, que cubrían todas sus necesidades, ahorraban dinero todos los meses, se iban de vacaciones al exterior todos los años y disfrutaban de la vida.

Pensaba que el mundo era inmenso y bonito de conocer, que Dios había hecho cosas fantásticas para que podamos conocerlas y disfrutarlas, que valía la pena luchar por conocerlas. El problema es que a veces hay personas que no tuvieron el coraje de aceptar que la vida vale la pena, y no fueron a correr atrás de sus sueños, porque era muy difícil, por eso no quieren que nadie vaya, para no quedar mal con su conciencia y tener que aceptar que sus mejores años se les pasaron y fueron unos cobardes. Esas personas, sin medir las consecuencias, son capaces de decirle eso a un joven, cuyo cerebro es una esponja, cosas que luego quedan grabadas en su subconsciente e influir negativamente en sus actos y decisiones por el resto de la vida. Esta especie la encuentras siempre en tu entorno, no solo cuando eres niño; siempre existe.

Un vecino:

-Eres un soñador, baja a la realidad de una vez. Eres pobre y de un pueblo pequeño, de un país pobre. Ubícate en tu lugar.

-Pero señor Carlos, uno siempre tiene que luchar por intentar cambiar su realidad, y cambiando nuestra realidad, después de a poco se pueden cambiar las cosas que nos rodean. Fíjese; ¿ Gandhi no cambió un país el solo?

Un docente:

-El problema que tú tienes es que eres muy soñador, vas a sufrir mucho en la vida si te haces falsas expectativas.

-Profesor, yo creo que debemos estudiar lo que nos guste, independientemente de si te puedes hacer rico con eso o no. Debe ser algo que uno disfrute haciéndolo, así lo haré mejor y seré mas feliz.

Un pariente:

-Déjate de sueños locos; hay solo una posibilidad de disfrutar en la vida; si tienes dinero, y solo tienes dos grandes oportunidades: cuando naces y cuando te casas, después es muy difícil….

-Es un razonamiento muy simplista tío, hay millones de excepciones a eso que dijiste.

El asunto es que la vida común no lo seducía, y decidió hacer lo que se esperaba de él, aunque debía estar atento a las posibilidades de escapar de la misma, de hacer algo diferente y poder vivir con sus necesidades cubiertas. El problema es que no sabía cómo lo haría, y si eso era ser un “soñador”, pues sería un soñador…

Lo lindo de esa edad eran los momentos inolvidables compartidos con amigos, esas amistades que nacen en esa edad tan especial y se conservan para toda la vida.

Los juegos y deportes fueron cesando, y lo encontraron los 20 años en una época en que el país se encontraba envuelto ahora en crisis económica, una de las mayores de su historia. Se encontró en una situación critica ya que el desempleo se hacia sentir, su familia estaba en crisis y el (que era estudiante) no podía encontrar nada que le permitiera hacerse con un dinero. Por suerte en el hogar todavía se podían pagar las cuentas de luz y agua, y la comida no faltaba.

Todos los lunes y martes se presentaba a los anuncios de trabajo del periódico. Compraba el diario bien temprano y se paraba en la esquina de la plaza del pueblo a esperar a Nolo, el comisionista, que pasaba entre siete y media y ocho menos cuarto para ir a la capital. El buen hombre le alcanzaba y le traía de la capital sin cobrarle nada, ya que lo conocía, del barrio. El viaje era de poco mas de una hora, y luego de eso debía ponerse ultimo en una de esas filas interminables de jóvenes prolijamente vestidos, todos con carpetas con sus

Antecedentes, y al igual que el con los periódicos dentro de las carpetas para seguir procurando posibles empleadores. En algunos lugares debía solamente dejar currículum,

En otros debía llenar un formulario de la empresa contratante con los mismos datos del

Currículum. Algunas veces tenía que quedarse y esperar un largo rato para tener una entrevista personal con alguien. En cualquiera de las tres situaciones el fin siempre era el mismo:

- Muchas gracias por venir. Cualquier cosa te llamamos….

Había que seleccionar bien los anuncios, y ver en cuales encajaban los requisitos solicitados con su capacitación, que por cierto no abundaban. La mayoría de los anuncios requerían, cadetes o guardias de seguridad para bancos, o peón de obras de construcción. Lamentablemente en estas ofertas, el salario es tan malo que no alcanzaba

Para nada, así que debía buscar mejores ofertas, donde la competencia era feroz.

El desafío era tratar de visitar la mayor cantidad de lugares antes de las seis de la tarde, que era la hora en la que Nolo se volvía al pueblo. Se encontraban en algún lugar preestablecido y emprendían el regreso.

A veces compraba un número de lotería, soñando con pasar al frente y salir de pobre,

Pero, jamás andaba ni cerca de sacar un centavo.

No era eso lo único que andaba mal, ya que siempre estaba atento a las muchachas del pueblo, y se veía con alguna de ellas, siempre que le comenzaba a gustar alguna de ellas o intentaba abrir su corazón, era invariablemente rechazado…¿casualidad?

Puede ser…

Lo cierto es que esa situación se iba haciendo insostenible, muchas dificultades para un joven que pareciera que anda entre la maleza de una selva espesa, buscando desesperadamente abrirse paso entre la vegetación, y nunca encuentra un claro, solo mas

Dificultades. Al fin de cuentas, el tampoco pedía nada del otro mundo, solamente un empleo cualquiera para complementar con el estudio, y así tener algún dinero para ayudar a sus padres en la casa y salir a la noche algún viernes o sábado, y poder comprarse alguna ropa de vez en cuando, ya que la ultima vez que se había comprado vestimenta había sido hacia dos años atrás. Además del empleo, quería un amor verdadero, y con eso ser feliz, punto. El empleo le permitiría terminar sus estudios, y el

Llegar a esa meta y tener una mujer que le ame al lado traerían consigo la felicidad.

Cuando más se decaía era cuando llegaba en la noche a su casa, y no veía avances en nada, generalmente le imploraba al cielo:

- Dios mío, sabes que soy una persona de bien, que nunca le he hecho daño a nadie, solamente estoy tratando de ser feliz, ¿es que pedirte un empleo y un amor es mucho para una persona como yo, que aunque no voy prácticamente nunca a la iglesia, creo

fervientemente en ti?

Un buen día iba absorto en sus preocupaciones, con la mirada fija en el piso, pensando en alguna posible solución a sus múltiples problemas. El joven, con las manos metidas en los bolsillos de su chaqueta, caminaba rápidamente entre la gente. Era un joven normal, de mediana estatura y complexión, cabello negro, confundido en la multitud. De repente, algo le hizo girar la cabeza a la derecha y contemplar una vidriera que allí se encontraba. El no tenia motivo para girar la cabeza a la derecha, venia caminando hacía varias cuadras contemplando las baldosas y con la mente en otro lugar, pero fue como si una fuerza ajena a su voluntad le hiciese aminorar la marcha y observar….

Allí se encontraba el, luciendo con orgullo su ciudad, con un sol alucinante a su lado, y lleno de vida y belleza a sus pies.

-‘Que lindo seria ir allí’, pensó, pero rápidamente desecho la idea, ya que carecía de recursos para eso.

Volvió a la casa y al contemplar el mural en la pared, que todavía seguía allí después de tantos años, volvió a tener la ilusión de ir algún día, ya en el futuro, si Dios quiere tendría la oportunidad algún día, cuando la suerte le sonriera.

Las tareas rutinarias lo seguían absorbiendo, los días pasaban y lo encontraron pendiente de sus estudios y la infructuosa búsqueda de empleo, ya que el mercado laboral estaba saturado, con poca oferta de trabajo y mucha demanda.

De repente, una noche tuvo un sueño singular: oyó durante un largo rato la misma frase en forma consistente y persistente. Las tres palabras le retumbaban en la cabeza

Hasta que al fin despertó sobresaltado:

-‘Tienes que venir’ retumbo por ultima vez en su cerebro mientras despertaba.

-‘Tienes que venir’ – pensó –

-‘¿Pero adonde tengo que ir’? ¿Y porque? ¿Quien me dice eso?

Se quedo pensando durante un rato, en la oscuridad en el medio de la noche y cuando finalmente llego a la conclusión de que no tenía explicación ni respuesta para ese extraño suceso, se dispuso a conciliar el sueño nuevamente.

La noche paso y llego un nuevo día, pero ese hecho siguió repitiéndose en forma mas o menos frecuente, cada dos o tres días para ser mas exacto. De día pensaba sobre que podría ser lo que le estaba ocurriendo, si se estaría volviendo loco, o tenia una imaginación muy grande que le estaba jugando una mala pasada. Pensaba que tal vez le convendría ver a un Psicólogo, pero como carecía de dinero, la idea era rápidamente desechada.

-‘Esta situación de búsqueda de empleo infructuosa me ha de estar enloqueciendo’

-pensaba- y se lamentaba de su mala suerte por tener otro problema mas del que preocuparse

-‘Como si tuviera pocos’………

Gradualmente los sueños comenzaron a esclarecerse, ya que más o menos un mes después de haber experimentado este extraño fenómeno por primera vez, sintió de nuevo;

-“Tienes que venir”

Esta vez pudo contemplar dentro de su mente la imagen de ese paisaje estupendo,

De los cerros, del mar, la floresta, hasta le pareció que podía disfrutar el aire de la playa.

Era esa imagen, el paisaje que estaba en el cuarto, la que estaba en el centro de la ciudad….

-¿Por qué tengo que ir allí? -exclamo sobresaltado mientras se despertaba-

El silencio de la habitación le hizo ver que no había respuesta para su pregunta.

Los días subsiguientes eran una constante vacilación entre si intentar ir a la ciudad

o debería quedarse donde estaba.

Pensaba en eso, al despertarse y al acostarse, mientras caminaba por la calle, cuando estaba sentado a la mesa, le costaba concentrarse en el estudio, estaba obsesionado por

Esa disyuntiva. Seguir con su realidad o hacer caso a un loco sueño.

Después del último sueño, donde vio el paisaje, los sueños y las palabras cesaron por un periodo de poco más de una semana, y después de eso:

-¿No vas a venir a verme?

Las palabras tan claras, y con una voz tan dulce le hicieron despertar, mas no sobresaltado o con miedo, sino visiblemente emocionado, con la piel de gallina, y luchando por no dejar escapar las lagrimas de sus ojos. Esta vez vió, junto con esas palabras, la imagen de El, ese rostro sencillo esculpido en un material fuerte, pero que inspiraba una ternura increíble. Siempre, durante años, cuando despertaba, veía el paisaje general como un todo, pero en esta ocasión al abrir los ojos, un tenue rayo de luz que atravesaba por una pequeña abertura en el pliegue de la cortina de tela, iluminaba exacta y únicamente al Cristo Redentor . Recordó aquellos días felices sin preocupaciones, llenos de ilusiones que ahora se veían inmersos en la nada. Una avalancha de emociones lo sorprendió en ese cuarto. Estaba ahí como hacía años atrás contemplando la misma imagen que en algún momento despertó los más sublimes sueños. En un momento de nostalgia resbalaron una par de lagrimas por sus mejillas que de inmediato se secó con la manga. Era un joven fuerte y orgulloso, que no creía mucho en lo místico, pero la emoción o alguna especie de frío en su interior lo confundía. Tenía la sensación de estar en una encrucijada en su vida.

Esa misma noche decidió que iba a hacer todo lo posible para llegar allí….

Al otro día lo primero que hizo fue buscar en la parte de arriba del guardarropa, al fondo, allí tenia una mochila, y en uno de sus bolsillos tenia unos dólares que había guardado de cuando era adolescente y había realizado unos trabajos zafrales como cadete y mensajero en la capital. Después de contar el dinero, se dio cuenta que no tenía

Más dinero que para realizar solo el trayecto de ida, pero no el de vuelta. No tenía dinero para manejarse en el destino tampoco.

Era imperioso conseguir algún dinero extra. Pensó en pedirle prestado a su mejor amigo Juan, que tenia un empleo bastante bueno y siempre ahorraba algo. Eran amigos desde niños y se tenían un gran aprecio mutuo. La mamá de Juan muchas veces había cuidado de David cuando sus papás estaban trabajando, entonces; él y Juan habían compartido muchas tardes de jugar a las escondidas, remontar cometas, y meriendas con un pedazo de pan, queso y dulce, que era comido de apuro, junto con la leche que era bebida de un sorbo, para volver a jugar lo más pronto posible. Juan no tuvo problemas en prestarle algo de dinero, con el que tenia dinero para ir y volver, pero no para manejarse allí.

Pensó que si economizaba en sus desplazamientos, y en vez de hacer un viaje directo en avión, hacia varios traslados en ómnibus, en compañías internas de cada país, podía ahorrar algún dinero y tener para sus gastos en el destino.

Estuvo algunos días tratando de armar el viaje, de hacerse un puente en sus actividades para poder viajar lo antes posible.

Finalmente el día llegó. Armó un bolso mediano con su ropa, y mientras armaba el bolso pensaba – por lo menos si esta historia no tiene nada importante para mi, podré realizar unas pequeñas vacaciones-.

Esa tarde echo el bolso al hombro y tomo el bus hacia la capital para comenzar el largo periplo que tenia por delante.

Soy escritor amateur, y vivo en Brasil, no conozco a nadie del mundo Editorial, pero siento que mi obra, por su temática va a ser mucho más facilemente aceptada por el mercado brasileño. ¿Alguien conoce alguna Editorial brasileña que pueda estudiar una obra en español? ¿O tal vez alguna Editorial hispana que tengan sucursal en Brasil? Yo solo conozco a Planeta.....

Llego al mundo en un país en crisis, en una ciudad conmovida por la guerra civil, la sociedad antes apacible, cuyos días transcurrían pacíficamente, ahora se veía inmersa en

enfrentamientos civiles y caos.

Su familia era de clase media, en el hogar no faltaba nada elemental, pero tampoco habían lujos o cosas mas allá de lo indispensable. Sus padres trabajaban de sol a sol para

mantener el hogar, y el pequeño esperaban ansiosos su regreso todos los días.

Las tardes transcurrían lentamente, siempre ocurre lo mismo cuando uno es pequeño y no tiene nada para hacer fuera de jugar, alimentarse y crecer. En la inocencia de los niños el mundo es solamente lo que ellos perciben en su reducido entorno, y viven ajenos a los problemas políticos y sociales que ocurren allí afuera.

El compañero de juegos de todas las horas era el su pequeño perrito, que parecía que hablaba cuando saltaba y miraba a su pequeño amigo.

Pronto vino el nacimiento de su hermano para hacerle compañía, y sus tardes se acortaban un poco. Luego vinieron su ingreso al colegio y sus obligaciones de niño, era bueno en la escuela, aprendía con facilidad y rápidamente se convirtió en un gran lector, consumiendo la mayor cantidad de historietas que podía conseguir, algunas eran compradas por sus padres tíos, o amistades, otras prestadas por amiguitos y vecinos, y otras canjeadas en el kiosco de la esquina. También comenzó a destacarse en la escritura

con pequeños ensayos y cuentos cortos en el colegio.

- Que quieres ser cuando seas grande?

- Presidente…

- Mira que eso es muy difícil, vas a tener que estudiar mucho.

La abuela le regalo un crucifijo plateado, en una cadena también plateada.

-Quien es el que esta en la cruz?

-Jesús

-Y quien es Jesús?

-El hijo de Dios.

Ahí le regalaron para una Navidad una Biblia infantil, que fue el primer libro que leyó, después siguió con el principito, y algunos otros libros similares. También por esos días vio por primera vez en una Enciclopedia una imagen de un paisaje hermosísimo con un titulo en el ángulo inferior derecho: ‘La ciudad maravillosa’, consistía en una ciudad con unos cerros de vegetación frondosa en parte y roca también, bañada por un mar de agua clara y con una imagen de Jesucristo de brazos abiertos, ese Cristo feliz, vivo, y no muerto y agonizante como se le ve a veces en otras imágenes. El niño quedo prendado de esa belleza natural, y la colgó en su cuarto para verla todos los días.

La vida no se limitaba en ir para la escuela o leer, también era un deportista entusiasta y se entusiasmó rápidamente con el futbol, la pasión popular del país.

La guerra civil acabo, y su pequeña ciudad volvió a ser tranquila, sin novedades, con gente que dormía la siesta y saludaba a sus vecinos por el nombre.

La adolescencia llegó y continuaba el futbol y la lectura, aunque no la escritura, ya que no tenía tiempo para eso y le costaba juntar fuerzas para ponerse a escribir, tampoco tenía muchas ideas sobre las que escribir, y cuando las tenía pensaba que probablemente sería escribir por escribir, ya que es muy difícil llegar a hacer de la escritura un medio de vida.

Se dió cuenta que no le gustaba la vida tal cual se la ofrecía la sociedad, aunque no tenía mas remedio que vivirla.

La vida que estaba a su alcance era estudiar alguna cosa, y después trabajar hasta los 65 años con el dinero suficiente para pagar las cuentas y poco más. Después de los 65 años, jubilarse y bajar el nivel de vida (porque las jubilaciones eran una miseria) y después morirse. Esa era la vida esperada en su país, siendo razonablemente optimista. Otra parte importante de la población vivía en la pobreza, sin llegar a cubrir sus necesidades básicas, y después existían dos minorías, la miseria absoluta, y las personas, que cubrían todas sus necesidades, ahorraban dinero todos los meses, se iban de vacaciones al exterior todos los años y disfrutaban de la vida.

Pensaba que el mundo era inmenso y bonito de conocer, que Dios había hecho cosas fantásticas para que podamos conocerlas y disfrutarlas, que valía la pena luchar por conocerlas.

-Eres un soñador, baja a la realidad de una vez. Eres pobre y de un pueblo pequeño, de un país pobre. Ubícate en tu lugar.

-El problema que tu tienes es que eres muy soñador, vas a sufrir mucho en la vida si te haces falsas expectativas.

-Déjate de sueños locos; hay solo una posibilidad de disfrutar en la vida; si tienes dinero, y solo tienes dos grandes oportunidades: cuando naces y cuando te casas, después es muy difícil….

El asunto es que la vida común no lo seducía, y decidió hacer lo que se esperaba de él, aunque debía estar atento a las posibilidades de escapar de la misma, de hacer algo diferente y poder vivir con sus necesidades cubiertas. El problema es que no sabía cómo lo haría, y si eso era ser un “soñador”, pues sería un soñador…

Lo lindo de esa edad eran los momentos inolvidables compartidos con amigos, esas amistades que nacen en esa edad tan especial y se conservan para toda la vida.

Los juegos y deportes fueron cesando, y lo encontraron los 20 años en una época en que el país se encontraba envuelto ahora en crisis económica, una de las mayores de su historia. Se encontró en una situación critica ya que el desempleo se hacia sentir, su familia estaba en crisis y el (que era estudiante) no podía encontrar nada que le permitiera hacerse con un dinero. Por suerte en el hogar todavía se podían pagar las cuentas de luz y agua, y la comida no faltaba.

Todos los lunes y martes se presentaba a los anuncios de trabajo del periódico. Compraba el diario bien temprano y se paraba en la esquina de la plaza del pueblo a esperar a Nolo, el comisionista, que pasaba entre siete y media y ocho menos cuarto para ir a la capital. El buen hombre le alcanzaba y le traía de la capital sin cobrarle nada, ya que lo conocía, del barrio. El viaje era de poco mas de una hora, y luego de eso debía ponerse ultimo en una de esas filas interminables de jóvenes prolijamente vestidos, todos con carpetas con sus

antecedentes, y al igual que el con los periódicos dentro de las carpetas para seguir procurando posibles empleadores. En algunos lugares debía solamente dejar currículum,

en otros debía llenar un formulario de la empresa contratante con los mismos datos del

currículum. Algunas veces tenía que quedarse y esperar un largo rato para tener una entrevista personal con alguien. En cualquiera de las tres situaciones el fin siempre era el mismo:

- Muchas gracias por venir. Cualquier cosa te llamamos….

Había que seleccionar bien los anuncios, y ver en cuales encajaban los requisitos solicitados con su capacitación, que por cierto no abundaban. La mayoría de los anuncios requerían, cadetes o guardias de seguridad para bancos, o peón de obras de construcción. Lamentablemente en estas ofertas, el salario es tan malo que no alcanzaba

para nada, así que debía buscar mejores ofertas, donde la competencia era feroz.

El desafió era tratar de visitar la mayor cantidad de lugares antes de las seis de la tarde, que era la hora en la que Nolo se volvía al pueblo. Se encontraban en algún lugar preestablecido y emprendían el regreso.

A veces compraba un numero de lotería, soñando con pasar al frente y salir de pobre,

Pero, jamás andaba ni cerca de sacar un centavo.

No era eso lo único que andaba mal, ya que siempre estaba atento a las muchachas del pueblo, y se veía con alguna de ellas, siempre que le comenzaba a gustar alguna de ellas o intentaba abrir su corazón, era invariablemente rechazado…¿casualidad?

puede ser…

Lo cierto es que esa situación se iba haciendo insostenible, muchas dificultades para un joven que pareciera que anda entre la maleza de una selva espesa, buscando desesperadamente abrirse paso entre la vegetación, y nunca encuentra un claro, solo mas

dificultades. Al fin de cuentas, el tampoco pedía nada del otro mundo, solamente un empleo cualquiera para complementar con el estudio, y así tener algún dinero para ayudar a sus padres en la casa y salir a la noche algún viernes o sabado, y poder comprarse alguna ropa de vez en cuando, ya que la ultima vez que se había comprado vestimenta había sido hacia dos años atrás. Además del empleo, quería un amor verdadero, y con eso ser feliz, punto. El empleo le permitiría terminar sus estudios, y el

llegar a esa meta y tener una mujer que le ame al lado traerían consigo la felicidad.

Cuando más se decaía era cuando llegaba en la noche a su casa, y no veía avances en nada, generalmente le imploraba al cielo:

- Dios mío, sabes que soy una persona de bien, que nunca le he hecho daño a nadie, solamente estoy tratando de ser feliz, ¿es que pedirte un empleo y un amor es mucho para una persona como yo, que aunque no voy prácticamente nunca a la iglesia, creo

fervientemente en ti?

Un buen día iba absorto en sus preocupaciones, con la mirada fija en el piso, pensando en alguna posible solución a sus múltiples problemas, cuando algo le hizo girar la cabeza a la derecha y contemplar una vidriera que allí se encontraba. El no tenia motivo para girar la cabeza a la derecha, venia caminando hacia varias cuadras contemplando las baldosas y con la mente en otro lugar, pero fue como si una fuerza ajena a su voluntad le hiciese aminorar la marcha y observar….

Allí se encontraba el, luciendo con orgullo su ciudad, con un sol alucinante a su lado, y lleno de vida y belleza a sus pies.

-‘Que lindo seria ir allí’, pensó, pero rápidamente desecho la idea, ya que carecía de recursos para eso.

Volvió a la casa y al contemplar el mural en la pared, que todavía seguía allí después de tantos años, volvió a tener la ilusión de ir algún día, ya en el futuro, si Dios quiere tendría la oportunidad algún día, cuando la suerte le sonriera.

Las tareas rutinarias lo seguían absorbiendo, los días pasaban y lo encontraron pendiente de sus estudios y la infructuosa búsqueda de empleo, ya que el mercado laboral estaba saturado, con poca oferta de trabajo y mucha demanda.

De repente, una noche tuvo un sueño singular: oyó durante un largo rato la misma frase en forma consistente y persistente. Las tres palabras le retumbaban en la cabeza

hasta que al fin despertó sobresaltado:

-‘Tienes que venir’ retumbo por ultima vez en su cerebro mientras despertaba.

-‘Tienes que venir’ – pensó –

-‘¿Pero adonde tengo que ir’? ¿Y porque? ¿Quien me dice eso?

Se quedo pensando durante un rato, en la oscuridad en el medio de la noche y cuando finalmente llego a la conclusión de que no tenía explicación ni respuesta para ese extraño suceso, se dispuso a conciliar el sueño nuevamente.

La noche paso y llego un nuevo día, pero ese hecho siguió repitiéndose en forma mas o menos frecuente, cada dos o tres días para ser mas exacto. De día pensaba sobre que podría ser lo que le estaba ocurriendo, si se estaría volviendo loco, o tenia una imaginación muy grande que le estaba jugando una mala pasada. Pensaba que tal vez le convendría ver a un Psicólogo, pero como carecía de dinero, la idea era rápidamente desechada.

-‘Esta situación de búsqueda de empleo infructuosa me ha de estar enloqueciendo’

-pensaba- y se lamentaba de su mala suerte por tener otro problema mas del que preocuparse

-‘Como si tuviera pocos’………

Gradualmente los sueños comenzaron a esclarecerse, ya que más o menos un mes después de haber experimentado este extraño fenómeno por primera vez, sintió de nuevo;

-“Tienes que venir”

Esta vez pudo contemplar dentro de su mente la imagen de ese paisaje estupendo,

de los cerros, del mar, la floresta, hasta le pareció que podía disfrutar el aire de la playa.

Era esa imagen, el paisaje que estaba en el cuarto, la que estaba en el centro de la ciudad…..

-¿Por qué tengo que ir allí? -exclamo sobresaltado mientras se despertaba-

El silencio de la habitación le hizo ver que no había respuesta para su pregunta.

Los días subsiguientes eran una constante vacilación entre si intentar ir a la ciudad

o debería quedarse donde estaba.

Pensaba en eso, al despertarse y al acostarse, mientras caminaba por la calle, cuando estaba sentado a la mesa, le costaba concentrarse en el estudio, estaba obsesionado por

esa disyuntiva. Seguir con su realidad o hacer caso a un loco sueño.

Después del último sueño, donde vio el paisaje, los sueños y las palabras cesaron por un periodo de poco más de una semana, y después de eso:

-¿No vas a venir a verme?

Las palabras tan claras, y con una voz tan dulce le hicieron despertar, mas no sobresaltado o con miedo, sino visiblemente emocionado, con la piel de gallina, y luchando por no dejar escapar las lagrimas de sus ojos. Esta vez había visto, junto con esas palabras, la imagen de El, ese rostro sencillo esculpido en un material fuerte, pero que inspiraba una ternura increíble.

Esa misma noche decidió que iba a hacer todo lo posible para llegar allí….

Al otro día lo primero que hizo fue buscar en la parte de arriba del guardarropa, al fondo, allí tenia una mochila, y en uno de sus bolsillos tenia unos dólares que había guardado de cuando era adolescente y había realizado unos trabajos zafrales como cadete y mensajero en la capital. Después de contar el dinero, se dio cuenta que no tenía

más dinero que para realizar solo el trayecto de ida, pero no el de vuelta. No tenía dinero para manejarse en el destino tampoco.

Era imperioso conseguir algún dinero extra. Pensó en pedirle prestado a su mejor amigo Juan, que tenia un empleo bastante bueno y siempre ahorraba algo. Eran amigos desde niños y se tenían un gran aprecio mutuo. Juan no tuvo problemas en prestarle algo de dinero, con el que tenia dinero para ir y volver, pero no para manejarse allí.

Pensó que si economizaba en sus desplazamientos, y en vez de hacer un viaje directo en avión, hacia varios traslados en ómnibus, en compañías internas de cada país, podía ahorrar algún dinero y tener para sus gastos en el destino.

Estuvo algunos días tratando de armar el viaje, de hacerse un puente en sus actividades para poder viajar lo antes posible.

Finalmente el día llegó. Armó un bolso mediano con su ropa, y mientras armaba el bolso pensaba – por lo menos si esta historia no tiene nada importante para mi, podré realizar unas pequeñas vacaciones-.

Esa tarde echo el bolso al hombro y tomo el bus hacia la capital para comenzar el largo periplo que tenia por delante.